miércoles, 11 de septiembre de 2013

Perro de balcón






En estas condiciones
"Qué inmundo es escribir versos..."
(Nicanor Parra)

Duda inicial: no es polvo de museo
escribir poesía
en estos tiempos del arcoiris
en veinticuatro cuotas?

Tal vez antes, muy antes,
cuando la vid y el trigo
no necesitaban dar examen
para probar su identidad,
cantarle -por ejemplo- a una mujer
fue dibujar debajo de la almohada
su tobillo nunca descubierto.
(Hoy, sábado a la noche, 
una sombre anoréxica de no más de quince años
me cuenta que lleva dos lunas
sin dormir,
y puede alcanzar tres si se lo pido...)

Quizás fue la memoria del acero y el trueno,
pero ahora cómo,
si matar y morir se ha reducido
a un intercambio de misiles
en el horario de mayor audiencia
de las telecadenas.

Poco futuro, no:
poco presente le veo a la poesía
en estas condiciones.

Duda final: a usted cuánto le importa
que yo anude estos versos?


***

Ultimo aviso

Todo lo que digas será usado en tu contra:
lo que calles, también,
no tengas duda.
Te vamos a acusar por el silencio.

Tampoco se te ocurra mantenerte neutral.
Es imposible. 
Y si por un error hallas el justo medio,
el equilibrio, esa hojarasca inútil,
nos facilitará dictar sentencia
y condenarte
por eludir deberes.

Esto es así de simple:
te tenemos. 
No te queda otra salida
que encerrarte en el baño
y ajustar cuentas con tu pobre sombra.
Pero, cuidado,
que nos encargaremos que te llamen cobarde
hasta las piedras...

Y darás tanta lástima!


***

Memoria

Un perro en un balcón es la mitad de un perro.

Duele tanta orfandad en cuatro patas, 
tan arriba de los tachos de basura,
del hueso disputado
a dentelladas,
de los soles de barrio, a media siesta.

No es justo, Dios, no es justo.
Usted lo sabe.
Por eso, un día de éstos
dispénsele piedad, 
conviértalo en paloma,
dele el gusto
de verse equilibrista en los pretiles,
dueño de todo el aire
y aledaños.

Facúltele un placer, apenas uno:
bordar el más soberbio crisantemo fecal
sobre la altanería de su dueña
cuando baje a la calle
con su mejor vestido.

Enséñele, eso sí, que no es venganza...

Nomás, tener memoria. 





Luis A. Carro nació el 22 de octubre de 1952. Su actividad cotidiana es el periodismo, en revistas, diarios y radio. En 1994 dio a conocer "Instrucciones en caso de alegría", su primer libro de poemas. Ha obtenido múltiples premios nacionales e internacionales en concursos de poesía. Estos tres poemas pertenecen a su segundo libro "Perro de balcón". 

4 comentarios:

Gracias por dejar tu comentario!